Bacterias fertilizantes de plantas, para la producción de combustibles alternativos
¬ AAPAUNAM jueves 9, Oct 2014AAPAUNAM INFORMA
Jorge Delfín Sánchez
Estudios recientes del Centro de Ciencias Genómicas -CCG- de la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Morelos, está generando resultados para que las leguminosas, ricas en proteínas y las no leguminosas, al asociarlas a bacterias sean fertilizadas sin necesidad de utilizar productos químicos costosos y contaminantes. La doctora en ciencias biomédicas, Esperanza Martínez Romero y su grupo de investigadores del CCG, ha obtenido estos resultados alentadores.
Refiere la investigadora universitaria, que el huaje es un árbol maravilloso, de rápido crecimiento que fija fácilmente 240 kilogramos de nitrógeno por hectárea al año, que es resultante de una fertilización considerable. Le llaman “planta que fertiliza”, ya que se puede asociar con otras especies y al tirar sus hojas nutren la tierra de manera notable. Se caracteriza porque sus pequeñas hojas se degradan fácilmente y se incorporan al suelo como materia orgánica.
Además de crecer rápido, desarrolla raíces profundas y se abastece de agua de los mantos freáticos, sin competir por el líquido de la superficie consumida por otros cultivos agrícolas. Es por ello, que está alternativa ecológica resulta sustentable, ya que el uso de biofertilizantes es la clave para saber cómo hacer crecer estos cultivos.
Desde el punto de vista económico, si se añaden fertilizantes químicos el proceso es poco o nada rentable, pues ese producto lleva gran parte del costo de producción, sin embargo, observado desde el aspecto ecológico, los biofertilizantes constituyen una alternativa limpia, que sustituye productos químicos, contaminantes y difíciles de degradar.
Estudios recientes en prueba de laboratorio e invernadero, identifican a las bacterias que promueven un mayor desarrollo del guaje. Se encontró que mientras las plantas sin la bacteria crecen poco y son amarillas, las inoculadas con Rhizobium crecen grandes, verdes y con tallos fuertes que se vuelven troncos. Este proyecto combina las mejores bacterias fijadoras con los huajes sin necesidad de transgénicos.
Continuando con la investigación, todas las leguminosas que fijan nitrógeno tienen alto nivel de proteínas, como el frijol, haba, lenteja y soya, pero han sido desplazadas en la alimentación moderna y lo sustituyen la carne roja y pollo, tanto en América como en Europa. El consumir leguminosas resulta altamente nutritivas y poseen propiedades anticancerígenas.
La investigadora también colabora en el análisis de biofertilizantes para impulsar cultivos que sirvan como biocombustibles. Las plantas, explica, se pueden utilizar como biomasa, degradarse y producir etanol para mover vehículos, y las oleaginosas pueden producir aceites que sustituyan al diesel. Independientemente de cuándo se acabe el petróleo, pueden ayudar a que el crudo dure más tiempo y se use para lo más necesario, como los plásticos derivados que tienen muchas aplicaciones.
La doctora Martínez Romero, ha sido invitada a participar en un proyecto estatal para producir bioturbosina con una planta nativa del país y Centroamérica, el piñoncillo mexicano (Jatropha curcas), del que existen algunas variedades inocuas y otras tóxicas que pueden causar cáncer. De México y Mesoamérica se llevaron variedades de Jatropha a la India y África, donde las han sembrado durante 50 años con una producción exitosa, pero desafortunadamente son tóxicas.
En nuestro país se desea producir biocombustibles, es prioritario reglamentar el uso de las variedades y evitar que se importen y siembren las que contienen esas substancias nocivas. Las inocuas son nativas y su uso ayudará a la preservación del germoplasma, riqueza de México.
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